Un nido de pájaros en mi cabeza.
La espera de que aparezca lo permanente.
Caminar
Mis piernas vuelan
No siento otra cosa que la caricia del viento
Ojos que no parpadean
El inmenso paraíso
Comiendo mi cabeza.
Mirar
Una proyección veloz
Hacia mis pupilas
Un rolar infinito sobre delgadísimo espejo de agua
La arena sudada
de agua de mar
es rostro de luna
estrellas
y vos
en la oscuridad
piel, cabellos, dientes
arremolinándose al soplo
del viento.
En el remolinar
nos cruzamos
pupila a pupila
La ausencia de
los ojos de esa
misma tarde.
O una oscuridad
descubierta
Un infinito túnel
Sin luces, ni señas
Sin nada
Caer, vértigo, caer.
No recuerdo mi nombre
Y un ahora muy veloz
estalló en mi piel.
Me vi en tus ojos
verdes ojos
y tuve miedo
No quise mirarnos
por un rato.
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