jueves, 30 de diciembre de 2010

Al borde
de la tarde tentada
de cerrar
arbitrariamente
mi estadía en el mar
al borde
de mis ojos
de mis ganas
insatisfechas
busco el atajo
que me saque
de esta postal infernal.

Dispuesta a todo
no hago nada.

Aventuro diez pasos
Y me abismo en la pausa:
una bandada de gaviotas
oscila
espesamente tan cerca
que veo sus picos
tan lejos que no logro tocarlas.

Yo embelesada
gaviotas suben y bajan
cambiando
tanteo, me aposto
un hombre toma fotos
Yo cada vez más

arena
gaviotas

ahora a mí.

Ya no estoy intentando nada
gaviotas y yo
espesas
llenas de tiempo
y de luz.
Llueve
y estoy desnuda
me gotea la cara
y se mojan mis ojos
se mojan
no ven nada

Un espasmo
y respiro
es frio
mis labios
mis pezones
incrédulos
ante tal embestida

Resoplo
exhalo más
agua
por dentro
agua
por fuera

Me examino
y soy rayo hirviente
¿estoy llorando?
centellean mis dientes
relincho
y me hinco enloquecida

antes de que hable el aire

un galopar desconocido sobre el baldío

se asustan los pájaros

entierro
mis patas en el barro

y todo
lo negro
se ilumina
y es brío

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Lado b

La que me busca en el silencio
de una tarde fría y despejada,
y me encuentra arropada
tras un ausentarme infinito
Me pone un disco
sólo los martes
para querer quedarse luego.

La que sucede
en los descuidos
sembrando
pequeñas pausas
semillas de vacío.

Y mi amiga poesía
que me susurra al oído
Su triste canto
de infancias
pájaros
y muerte
alumbrando con soles negros las sombras floridas.

Aún no tiene nombre.
De momento es sólo ella
y va conmigo.

Sao Paulo – Salvador

Próximamente
Divisa MD/BA

Hace horas
Minas nos tiene.


Casitas de colores pasteles
bajitas
tejas rojas.
Se me pasan
como fotos
y me quiero
bajar del bus,
tomar un café
y mirar desde ahí
un rato el mundo.

Un pueblo
colgado
arriba de
un
morro.
2 postos
1 capilla
1 borracharia
Fin.
Deitar e dormir,
estar sola
Los pies sucios
hinchados, curtidos
piden su respiro.
Rugosos
vegetales
embestidos
de antigua
textura
feita de fibra
entronquecida.

El alma danzante
de una palmera
se encuentra
en su base.

Vocé e bunita
Un minino
vein me falar
de cualquier cosa.
Me fala de
sus sueños
de helicópteros
que bajan en sua casa
pregunta en inglés
quiere saber
quiere se comunicar.
Y acá
yo madre
yo hermana
Hablante parlante
de dos lenguas
de dos mundos.
Fazendo pontes
trazando manos
capaces de
apertar
realidades tan diferentes.

Noctámbula

Un nido de pájaros en mi cabeza.


La espera de que aparezca lo permanente.


Caminar
Mis piernas vuelan
No siento otra cosa que la caricia del viento
Ojos que no parpadean
El inmenso paraíso
Comiendo mi cabeza.


Mirar
Una proyección veloz
Hacia mis pupilas
Un rolar
infinito
sobre delgadísimo espejo de agua
La arena sudada
de agua de mar
es rostro de luna
estrellas
y vos
en la oscuridad
piel
cabellos
dientes
arremolinándose
al soplo del viento.


Nos cruzamos
pupila a pupila
La ausencia de los ojos
de esa misma tarde.
O una oscuridad descubierta
Un infinito túnel
Sin luces, ni señas
Sin nada


Caer
vértigo
caer.
No recuerdo mi nombre
Y un ahora muy veloz
estalló en mi piel.
Me vi en tus ojos
verdes ojos
y tuve miedo
No quise mirarnos
por un rato.

Atlántica

Llueve en el trópico.
Verde y mojado
se pasea
caprichoso
el ventarrón.

Pretos mininos
juegan en las janelas.
Mirámosnos
cómplices en la siesta
a la cual todos
se han rendido.


Cobre y caudalosamente
enloquecida
la mano húmeda de la selva
abraza la tierra.

Cuerpo Compartido

El viento me despeina batiendo alas
se lleva mi pensamiento sobre una barca emplumada
y ahora que nos separa la lejanía
un ojo lo tengo triste y el otro me da alegría

Elizabeth Morris

Desde entonces
dejé de comer carne.
Pero un pedazo de tu corazón
comería con gusto

Inventarios

Tengo que hacer un inventario
lo que quedo de vos en los estantes
adentro de la alacena en las polillas.
Lo que se comieron las arañas
rincón donde se pierden las afirmaciones.

Miradas que salían desde tus ojos
en esa última noche
convirtiéndose en un muffin relleno de pólvora
incrustado en cada uno de los muebles.
El vapor de la pava silbadora
la manera en la que tus manos
se llevan el ultimo cigarrillo a la boca.

Vení, baila algo, lo que sea
que tu cuerpo sangre y no sean
tus hijos los que se van.
Recostarte otra vez sobre la cama
tu saliva saliendo de mi boca
volviendo a la mía
mientras los cuerpos se alejan
la transpiración sobre las espaldas
ingresa otra vez en la piel
destila el dióxido de carbono excedido
suspendido en el aire.

La ropa se levanta del piso, nos viste.
Mis células aspirándose de tus brazos
vuelven a mis manos
las medias grises te levantan
con la misma fuerza con la que caímos.
Salimos de la casa
caminando en direcciones opuestas
como si nunca nos hubiéramos cruzado.

Anoche me di cuenta
que te había estado esperando toda mi vida
nunca creí del todo
que fueras de poliéster o epidermis
imaginaba verte de neón.

Entre tanto
soy la huelga en la puerta de tu lengua
la tibieza dentro de una taza
donde ya no quedan rastros del té
y no hay pericia que valga
para sustentar el vacío.

Las compras las voy a hacer por la mañana
ocupar el espacio que dejaste
los doscientos seis huesos
que movía tu cuerpo por la casa.

mariana garrido, http://borronyversonuevo.blogspot.com/

PUERCOESPINES


Y alguien se fía de mí,
alguien cree que no le miento.
Hay un lugar en mi cuerpo
que se llama vejiga, donde van a hacer hueco mis terrores,
paletas de nácar.

A veces cuando tengo demasiado
tengo
la sensación de un panal en el estómago,
con su abeja reina madre puerca espina.

No, yo no le mentí a nadie, todavía.
No dije de ciertos asuntos sus bordes celestes ni cosa parecida, hay
veces que preferiría el himen muerto a tus córneas.
Lo juro.
¿Se puede jurar en un poema?

Estoy arremolinada en el lomo de mi cuerpo
como un estropajo que intentase darse forma, versión o guarismo:
pero las matemáticas son para mí como monstruos negros
como esas bocas hembras bocas voluta de humo.

Y alguien cree en mis escombros, alguien
todavía se obnubila,
cimienta su fraude privado.

Yo no te merezco, voy a decirlo para que te lo aprendas como un ábaco.

Yo no te merezco, y nadie va a darte una certeza igual de redonda.
Apenas sé mecerme, apenas sé de las hamacas
su margen liviano,
quién te dejó ciego antes de mí,

de esta urdimbre de celofanes secos.

A nadie le debo las gracias ni
la placenta.

Más bien, diríase que alguien que pinta sus ojos con astillas me está en mora
y sus piernas me acechan.

No, yo dije que no había mentido tanto, no dije que nunca ni dije
la corrección como una cabra vencida en la pampa seca de un solo disparo
y todavía en el polígono mi padre me pide que apunte al piso
que nunca, pero nunca, levante el arma
que tenga respeto pero que, mejor, tenga miedo
que cuanto más miedo se tiene menos errores y más cerca
del cuerpo los codos

como para almorzar, a tientas, con las servilletas bajo las axilas
sin que los cubiertos hagan rechinar la cerámica sin
que las flores que alguien les bordó con tinta azul se desmenucen
sin que nadie chiste ni pida postre.

No, yo no dije que mintiese tanto, no dije de mí una sola cosa todavía.

El poema es un panal de abejas en el que se cuecen los hábitos

y la puercoespina, la muy madre, la muy cabra,
zumba dentro de la balacera su iracundia.

No, yo no dije que hubiese mentido,
hubiéramos hecho un pacto de muerte, los ábacos
no saben decir la palabra infinito, todavía
no se atreven al cero.

Creo que todo fue un asunto de matemáticas y salitres y yo no tenía
menos miedo al océano
como una postal de la Grecia que me dieron, sin haber
conocido los hexágonos primero:

Grecia, un nombre para mi hija

pero habrá que advertirle de su madre
que un día se tragará sus huesos sin que las servilletas se caigan
de debajo de sus axilas.

de Valeria Tentoni (inédito)


En los cuadernos
las cosas se rompen
la canilla del agua
pierde deliberadamente
las etiquetas
llevan nombres mudos
se diluye la sangre
en ríos está corriendo
se vacía la espera

Harta la piel de las vísceras
de los ojos se fuga la luz
y queda la borra
en el fin de la taza

Me deshago bajo las uñas
pasan trenes sin intermitencias
son trenes ajenos
caigo los párpados
y basta
como en el circo


Noche lobo

la noche lobo
me estalló en la cara
ahora
no sé quién soy

saciar
el alma
lo estrellado en el sueño
llevar olfato entre la maleza
los dientes firmes
la saliva incandescente


Fedra Spinelli en Digo Bosque y otros poemas



Un viernes increíble.

Tan increíble como si tuvieras enfrente un montón de mierda
que te pasa en altura.
Increíble y útil.

Útil como un montón de mierda cargada de nutrientes que han a fertilizar y fortalecer la tierra en que sembramos.
Un viernes increíble, inútil y agotador.

Agotador como si sostuvieras una larga y dura lucha contra una pared de hormigón armado, que te separa de la guardilla donde están las semillas y herramientas.

No hoy ni mañana,
pero en algún momento
vamos a cosechar los frutos
de este increíblemente útil y agotador viernes.

Y a las nubes cabreras que ni se atrevan a llover de más.
Porque mañana voy a estar repuesto y listo para soplar, abanicar y golpearlas en las pelotas para que no arruinen la cosecha.

Charly Punk











Muchacha Punk

Muchacha Punk
Ilustra Diana Regueira

Galletita de Coco (textos por niñxs)

Conversaciones

Animales

- ¿te gustan las palomas?

- ¿qué, para comerlas?


- ¿esos caballos son salvajes porque se salvaron?


Reyes

- che me parece que nos vamos a tener que portar bien

- por? para mi que los reyes son mamá

- por eso te lo digo

Navidad

"- ¿No sabemos donde está Papá Noel? ¿Está en el cielo? ¿Duerme o no duerme Papá Noel?"

Uriel, 6 años.

Fantasmas

"-¿Vos lo conocés al fantasma Benito? ¿Es malo o es juguetón?"

" - ¿Y vos de dónde sacaste lo del Fantasma Benito?

- Me lo dijeron los chicos en la escuela."

Uriel, 6 años.

Fiesta de Iemanjá

"-Me dió impresión lo de anoche...

- ¿Qué te dió impresión?

- No sé.

- ¿El fuego? ¿la virgen?

- Es que no entiendo, por qué el barco al mar. Yo no quiero ir en ese barco."

"Te hicimos un regalo. Lo que te mandaron al barco, a otro barco te lo vamos a dar nosotros."

Pescado al aire

"Qué pasa si no creo en dios?...nada, ¿no?" Francisco, 12 años.


Pedaleo
Pedaleo
Pedaleo
con mi bici azul
casi llego al cielo.
Deforme
una piedra
me tiró al piso
y no llegué al cielo
el suelo no quiso.

(Ariel Guzmán)

Yo me encontré una pluma
y era de color café
oscurísima caricia
para dejar en tu piel
También vi varias plumitas
planeando en el aire azul
le hacían de calesita
al tronco del abedul
Aplastada, invisible,
la ramita estaba allí
tan rara, tan misteriosa,
me estaba esperando a mí.

(José Guzmán)

"una pequeña bolsa de oscuridad" (Zoe y Carla)

"un pedacito de noche en una bolsa" (Fiorella y Marcos)

"la serpiente de cascabel"


"Te hice a vos agua"

"Te hice a vos agua"
Thiago y la fiesta de Iemanjá

Circo Loco

Circo Loco
Luna, enero 2011

papelitos

papelitos