miércoles, 25 de mayo de 2011

No es que  me preocupe la forma
es que no siento mis pies -dijo
Y nadie sabía lo paralítica que era.

domingo, 22 de mayo de 2011

pequeño estanque marrón
de agua turbia
aunque espejada
reducto de mosquitos
renacuajos
ramas flotantes
hojas caídas
que ahí reposan
frente mío
un cartel
NO INGRESE PROPIEDAD PRIVADA

árboles lianas y ramas
enroscadas
unas en otras
aguas que se escurren
lentamente
hacia el arroyo
lanchas que a lo lejos se oyen
y entre los múltiples cantos de los pájaros
y el sonar de las ramas en el viento
el alambre de puás
desordenando estas tierras vírgenes
que hoy son propiedad privada.
me robaste
las manchas
de mi espalda
con tu lente
te vi
vacialo y dámelas
que estoy desnuda
y hoy la montaña está blanca
y me descubren los pájaros.
tu abrazo / penetrando  / mi sexo dormido / guardo
y bailo
la danza / la espina / pez sutil de mi piel
Desgracia del plano detalle
siempre adentro
de un órgano
sensación
si es
que ocupa todo el espacio.

Como la vaca
rumiar por mis estómagos
viajar de líquido en líquido
hasta digestarme toda.

No escucho la radio
no miro la tele
soy mi propia placenta
idea aún              desnuda

de palabra           cruda
              de-forma
me amasa los intestinos
anuda los riñones
hasta dejarme deshecho
yo orina              ya lejos
hacial el fin
de la ciudad.
Somática vive
su cuerpo
como única alma.

Ama
y con todos sus nervios
odia
en sus tejidos
sueña
y se desliza en los recodos
de un paisaje visceral.

Gasta
no tiene medida
ni  previsión
de albúmina.

Como las plantas
bebe sus soles
dia por dia
es lo que consume.

domingo, 8 de mayo de 2011

Mientras estoy ocupada
peleándome con el mundo
ellos salen de la semana
como cucarachas.

No es cosa fácil
a veces hay que pisarlos
con la rueda de la bicicleta
se enriedan en los rayos
Es una batalla feroz
o los muertos
o yo.

Suena el teléfono
     son     ellos.

No hay descanso
ni lástima
ni culpa
Es limpio:
los domingos
salgo a matar muertos.

jueves, 5 de mayo de 2011

tengo estas manos
una columna vertebral
las plantas de mis pies
el hueso de mi cráneo
cosas que pesan
con estos materiales
siento
la gravedad 
bailo: resisto o cedo
ante fuerza mayor de la tierra

las otras fuerzas
las de los hombres
también las cargo
sobre la misma osamenta
nos fuimos
nos desterramos
acá nos dejaste
en este páramo
en esta herida

quisieramos mirarnos las caras
pero estamos perdidos
no sabemos
no vemos

yo grito
desde un borde
desde un precipicio:
alguien me responde
y no sé qué parte
de esta geografía precaria
produce
la voz o el eco

no hay piso
tres somos gritando
susurrando
a veces
nos quedamos callados
y el silencio
o el viento
quedan desolados
suspendidos
no hay techo

como de otro reino
vienen noticias tuyas
todos nos ponemos tristes
o nos enojamos
a veces escucho
que alguien llora


no me pidas respuestas razonables
acá no es de día
como una profecía
volver
volver a la barranca del río
a la calle de empedrado
volver
bajo el viaducto
al balcón de esa mañana
esa donde lloré


caminar mis pasos
con un extraño dolor
diciendo
un texto tantas veces
hasta olvidar
       la casa nueva
       los muebles de revista
y recordar recuperar
lo que habitando robaste

voy a tener que deambular
como turista
en lo que era mío
para despertar del sueño 
en el que voy llegando

       justo a tiempo
                un día de estos
                        para la foto del feriado

Cuerpo Compartido

El viento me despeina batiendo alas
se lleva mi pensamiento sobre una barca emplumada
y ahora que nos separa la lejanía
un ojo lo tengo triste y el otro me da alegría

Elizabeth Morris

Desde entonces
dejé de comer carne.
Pero un pedazo de tu corazón
comería con gusto

Inventarios

Tengo que hacer un inventario
lo que quedo de vos en los estantes
adentro de la alacena en las polillas.
Lo que se comieron las arañas
rincón donde se pierden las afirmaciones.

Miradas que salían desde tus ojos
en esa última noche
convirtiéndose en un muffin relleno de pólvora
incrustado en cada uno de los muebles.
El vapor de la pava silbadora
la manera en la que tus manos
se llevan el ultimo cigarrillo a la boca.

Vení, baila algo, lo que sea
que tu cuerpo sangre y no sean
tus hijos los que se van.
Recostarte otra vez sobre la cama
tu saliva saliendo de mi boca
volviendo a la mía
mientras los cuerpos se alejan
la transpiración sobre las espaldas
ingresa otra vez en la piel
destila el dióxido de carbono excedido
suspendido en el aire.

La ropa se levanta del piso, nos viste.
Mis células aspirándose de tus brazos
vuelven a mis manos
las medias grises te levantan
con la misma fuerza con la que caímos.
Salimos de la casa
caminando en direcciones opuestas
como si nunca nos hubiéramos cruzado.

Anoche me di cuenta
que te había estado esperando toda mi vida
nunca creí del todo
que fueras de poliéster o epidermis
imaginaba verte de neón.

Entre tanto
soy la huelga en la puerta de tu lengua
la tibieza dentro de una taza
donde ya no quedan rastros del té
y no hay pericia que valga
para sustentar el vacío.

Las compras las voy a hacer por la mañana
ocupar el espacio que dejaste
los doscientos seis huesos
que movía tu cuerpo por la casa.

mariana garrido, http://borronyversonuevo.blogspot.com/

PUERCOESPINES


Y alguien se fía de mí,
alguien cree que no le miento.
Hay un lugar en mi cuerpo
que se llama vejiga, donde van a hacer hueco mis terrores,
paletas de nácar.

A veces cuando tengo demasiado
tengo
la sensación de un panal en el estómago,
con su abeja reina madre puerca espina.

No, yo no le mentí a nadie, todavía.
No dije de ciertos asuntos sus bordes celestes ni cosa parecida, hay
veces que preferiría el himen muerto a tus córneas.
Lo juro.
¿Se puede jurar en un poema?

Estoy arremolinada en el lomo de mi cuerpo
como un estropajo que intentase darse forma, versión o guarismo:
pero las matemáticas son para mí como monstruos negros
como esas bocas hembras bocas voluta de humo.

Y alguien cree en mis escombros, alguien
todavía se obnubila,
cimienta su fraude privado.

Yo no te merezco, voy a decirlo para que te lo aprendas como un ábaco.

Yo no te merezco, y nadie va a darte una certeza igual de redonda.
Apenas sé mecerme, apenas sé de las hamacas
su margen liviano,
quién te dejó ciego antes de mí,

de esta urdimbre de celofanes secos.

A nadie le debo las gracias ni
la placenta.

Más bien, diríase que alguien que pinta sus ojos con astillas me está en mora
y sus piernas me acechan.

No, yo dije que no había mentido tanto, no dije que nunca ni dije
la corrección como una cabra vencida en la pampa seca de un solo disparo
y todavía en el polígono mi padre me pide que apunte al piso
que nunca, pero nunca, levante el arma
que tenga respeto pero que, mejor, tenga miedo
que cuanto más miedo se tiene menos errores y más cerca
del cuerpo los codos

como para almorzar, a tientas, con las servilletas bajo las axilas
sin que los cubiertos hagan rechinar la cerámica sin
que las flores que alguien les bordó con tinta azul se desmenucen
sin que nadie chiste ni pida postre.

No, yo no dije que mintiese tanto, no dije de mí una sola cosa todavía.

El poema es un panal de abejas en el que se cuecen los hábitos

y la puercoespina, la muy madre, la muy cabra,
zumba dentro de la balacera su iracundia.

No, yo no dije que hubiese mentido,
hubiéramos hecho un pacto de muerte, los ábacos
no saben decir la palabra infinito, todavía
no se atreven al cero.

Creo que todo fue un asunto de matemáticas y salitres y yo no tenía
menos miedo al océano
como una postal de la Grecia que me dieron, sin haber
conocido los hexágonos primero:

Grecia, un nombre para mi hija

pero habrá que advertirle de su madre
que un día se tragará sus huesos sin que las servilletas se caigan
de debajo de sus axilas.

de Valeria Tentoni (inédito)


En los cuadernos
las cosas se rompen
la canilla del agua
pierde deliberadamente
las etiquetas
llevan nombres mudos
se diluye la sangre
en ríos está corriendo
se vacía la espera

Harta la piel de las vísceras
de los ojos se fuga la luz
y queda la borra
en el fin de la taza

Me deshago bajo las uñas
pasan trenes sin intermitencias
son trenes ajenos
caigo los párpados
y basta
como en el circo


Noche lobo

la noche lobo
me estalló en la cara
ahora
no sé quién soy

saciar
el alma
lo estrellado en el sueño
llevar olfato entre la maleza
los dientes firmes
la saliva incandescente


Fedra Spinelli en Digo Bosque y otros poemas



Un viernes increíble.

Tan increíble como si tuvieras enfrente un montón de mierda
que te pasa en altura.
Increíble y útil.

Útil como un montón de mierda cargada de nutrientes que han a fertilizar y fortalecer la tierra en que sembramos.
Un viernes increíble, inútil y agotador.

Agotador como si sostuvieras una larga y dura lucha contra una pared de hormigón armado, que te separa de la guardilla donde están las semillas y herramientas.

No hoy ni mañana,
pero en algún momento
vamos a cosechar los frutos
de este increíblemente útil y agotador viernes.

Y a las nubes cabreras que ni se atrevan a llover de más.
Porque mañana voy a estar repuesto y listo para soplar, abanicar y golpearlas en las pelotas para que no arruinen la cosecha.

Charly Punk











Muchacha Punk

Muchacha Punk
Ilustra Diana Regueira

Galletita de Coco (textos por niñxs)

Conversaciones

Animales

- ¿te gustan las palomas?

- ¿qué, para comerlas?


- ¿esos caballos son salvajes porque se salvaron?


Reyes

- che me parece que nos vamos a tener que portar bien

- por? para mi que los reyes son mamá

- por eso te lo digo

Navidad

"- ¿No sabemos donde está Papá Noel? ¿Está en el cielo? ¿Duerme o no duerme Papá Noel?"

Uriel, 6 años.

Fantasmas

"-¿Vos lo conocés al fantasma Benito? ¿Es malo o es juguetón?"

" - ¿Y vos de dónde sacaste lo del Fantasma Benito?

- Me lo dijeron los chicos en la escuela."

Uriel, 6 años.

Fiesta de Iemanjá

"-Me dió impresión lo de anoche...

- ¿Qué te dió impresión?

- No sé.

- ¿El fuego? ¿la virgen?

- Es que no entiendo, por qué el barco al mar. Yo no quiero ir en ese barco."

"Te hicimos un regalo. Lo que te mandaron al barco, a otro barco te lo vamos a dar nosotros."

Pescado al aire

"Qué pasa si no creo en dios?...nada, ¿no?" Francisco, 12 años.


Pedaleo
Pedaleo
Pedaleo
con mi bici azul
casi llego al cielo.
Deforme
una piedra
me tiró al piso
y no llegué al cielo
el suelo no quiso.

(Ariel Guzmán)

Yo me encontré una pluma
y era de color café
oscurísima caricia
para dejar en tu piel
También vi varias plumitas
planeando en el aire azul
le hacían de calesita
al tronco del abedul
Aplastada, invisible,
la ramita estaba allí
tan rara, tan misteriosa,
me estaba esperando a mí.

(José Guzmán)

"una pequeña bolsa de oscuridad" (Zoe y Carla)

"un pedacito de noche en una bolsa" (Fiorella y Marcos)

"la serpiente de cascabel"


"Te hice a vos agua"

"Te hice a vos agua"
Thiago y la fiesta de Iemanjá

Circo Loco

Circo Loco
Luna, enero 2011

papelitos

papelitos